Diosa Némesis |
Hoy no estamos de fiesta, no estamos para celebraciones; lo que se venía viendo a primeros de año, se ha hecho manifiesto. A Nadal le ha salido su Némesis.
Pensábamos que Némesis era el monstruo que le aparecía al héroe de cualquier ámbito, y le ponía en su sitio, con sus mismas armas; por decirlo de alguna manera, era el antídoto perfecto para combatir contra él; igual de fuerte, pero malo.
Pero mira por donde resulta que Némesis no es otra sino, que una diosa. La diosa de la venganza. Pero una venganza, buena, justa, que coloca al hombre en su sitio, con el fin de buscar un equilibrio social o ....celestial correcto. Nadie será más que nadie.
Esta aparecía en la mitología griega, se presentaba a sus lugareños endiosados y les ponía los pies en la tierra, o lo que es lo mismo, los bajaba del cielo.
Esta es la versión mitológica. La que ahora mismo se utiliza, es la de rival, enemigo, la horma de su zapato.
Da igual si cogemos una versión o elegimos otra, en cualquier caso ambas nos valen para explicar lo que ocurre en la pista de tenis cada vez que sale RN, ultimamente claro. A Nadal le ha visitado la Diosa, tan acostumbrado a ser visitado por musas, ahora es la de la venganza la que se ha postrado en su raqueta para de forma clara dejarle claro que es humano y como tal tiene que buscar el equilibrio. Si por el contrario pensamos que no es la Diosa, si no que es el monstruo del mal el que viene a presentarse y decirle: aquí estoy yo, lo ha hecho de forma contundente, agresiva y casi humillante.
Monstruo Némesis |
Habrá que esperar a ver como queda esta lucha de dioses, pero todo indica que seguirá en este sentido de momento.
A esta hora, cuando estoy a punto de cerrar la entrada, nuestro Gladiador esta en el coliseo Romano, batiéndose a raquetazo limpio con un rival. Es Roma, no muy lejos de la cultura griega, y con una mitología muy acentuada: Vulcano, Júpiter, Marte, etc. No sé si alguno de estos aguerridos dioses ayudará a Rafa, creo que no, porque por lo que veo y siento, la Diosa Griega pisa fuerte, con pasos destructivos; se la oye, retumba el suelo, se mueven los milenarios adoquines del circo; creo que también ha llegado a Roma.
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