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domingo, 25 de octubre de 2020

Cimarrón

      De nuevo la ciencia choca con la religión. De nuevo la historia de nuestros ancestros nos da pistas y respuestas para las preguntas de hoy en día. Esas lagunas científicas donde la religión se agarra. Esas teorías y leyes probadas que los técnicos de ahora han sabido desglosar para desenredar ese puzle capital/emocional,  y que son  necesarios para comprender la situación actual y dar solución al final del capitalismo, algo que parece imposible. 

     Leyendo el otro día un semi ensayo de antropología, el autor,  daba las claves para la comprensión del comportamiento humano a través de los siglos, y siempre basándose en leyes científicas contrastadas, decía que los humanos, una vez que nos convertimos en Sapiens, abandonado la rama Neanderthal, sufrimos una… inexplicable domesticación. El autor, continúa, propone que ésta se explica por la regulación y control de la reproducción. Es decir,  históricamente la naturaleza y posteriormente el ser humano ha ido controlando, originariamente de forma natural y más tarde de forma selectiva, quién, cómo y cuándo se debía reproducir,  y así perpetuar su especie y las características que de esta interesaban.  

     Pone como ejemplos: que el perro antes de sufrir esta domesticación era un lobo, la vaca un Uro y nosotros, los Sapiens, Neandertales. 

     Asegura el profesor, que no en todas las especies se ha podido procesar esa domesticación, como por ejemplo la mayoría de animales salvajes: Leones y demás, incluso en animales con parentesco nuestro, como el Gorila, ha sido imposible su doma. En otras especies más grandes,  como los elefantes, se comprueba que la clave para domesticarlos es que sigan en clanes gregarios. De esa manera, al sentirse en manada, se les puede manejar más fácilmente, porque aun siendo manipulados se sienten seguros en su rebaño e ignoran que pierden parte de su esencia salvaje.

     Esto no es nada nuevo,  el convertir al hombre en lo más dócil y manso posible para, de esa manera, poder manejarlo como a un miembro del rebaño. 

     En la biblia, Mateo 5,4 decía: “bienaventurados los mansos porque ellos heredarán la tierra y entrarán en el Reino de los cielos"

     Retomando la antropología, nos aclara el autor, que en ese paso de salvajes a domesticados hemos perdido parte del volumen cerebral,  que no la capacidad cognitiva, que es infinitamente superior a la de nuestros antepasados, aunque sea curioso que en este proceso de aborregamiento nos hayamos dejado parte de la masa encefálica por el camino. 

    Creo que se va atisbando a dónde quiero llegar.

     Nos documenta el profesor, que la domesticación animal se hacía para conseguir esa raza que diera más lana, más leche, más carne, fuese más fuerte, más resistente a las condiciones donde se les iba a tener y por consiguiente más dóciles para que nunca se revelasen contra nosotros. Si lo hacían, se les sacrificaba (control extremo de reproducción). En definitiva,  íbamos creando animales esclavos para nuestro beneficio; mascotas incluidas. La Característica principal de todos ellos es la neotenia, que es la capacidad de seguir siendo jóvenes (infantiles*) aun teniendo un cuerpo adulto. Una condición que se representa en todos los seres mansos. Con el paso de los años adquieren cuerpo y forma adulta, pero su carácter sigue siendo infantil e ingenuo.

* Infantil viene de in(no) fari(hablar). Por lo tanto necesitan de un adulto (amo) para hablar, expresarse.

     Asegura, que si a cualquiera de estas especies domesticadas se les dejará de nuevo en su hábitat natural primigenia, éstas, volverían de nuevo a su estado salvaje, es decir, adquirirían la categoría de Cimarrón, animal que retoma su origen  salvaje después de haber sido domesticado. 

     Afirma el profesor,  que el hombre también ha sufrido esta domesticación, pasó de Neanderthal a Sapiens, por consiguiente a vivir en manada o sociedad, y fueron solo quedando los más dóciles, es decir, los que hacían posible la convivencia.

     Cuando el hombre se asienta definitivamente y forma la sociedad,  es cuando aparecen sus dioses, y con ellos la religión, que fue su látigo auto flagelante para lo que vendría después. 

     En la actualidad esto sigue siendo así, continúa nuestra característica social y no nos amansa nadie externo, sino que somos nosotros mismos los que mediante la reproducción interesada garantizamos que nuestros descendientes sean, por lo menos, igual de mansos, si no más. Y cuando esto no ocurre desechamos el producto. ¿Cómo? Mediante la pena de muerte en siglos pasados y encarcelamientos y leyes jurídicas en la actualidad; amparadas por movimientos religiosos y sectarios, que han hecho que el diferente, el discrepante o alternativo, sea mal visto socialmente, repudiado y rechazado y a la larga expulsado, con las mismas medidas de antes, de la sociedad en que le tocó vivir. 

     Duda el antropólogo, que sea el mercado el que nos condicione la reproducción,  porque asegura, que hay clases que, aun siendo ricas, deciden no tener muchos descendientes. Pero no puede confirmar que éste no esté detrás de esa persuasión para decidir cómo, cuándo y cuántos hijos tener para que estos permanezcan en la sociedad gregaria y nunca se vean desplazados por sentirse, por cualquier circunstancia, distintos a los otros miembros del clan. Ya sea, como se ha dicho antes, por discrepancias, diferencias varias u, hoy en día, por no cumplir los cánones que el capitalismo dicta.

    “ El ser humano es social o no es humano,  es… otra cosa”, asegura. 

     Por lo tanto, y ahí llega mi corolario: si se discrepa, disiente, se tienen rasgos físicos distintos, capacidades distintas o comportamiento alternativo,  se le excluye de la sociedad con el fin de evitar situaciones hostiles, y por consiguiente, no se le llega a considerar humano, y cuando una persona adquiere la condición de no humano,  es objeto de todo tipo de agravios. 

     Se podrá decir que esto es exagerado y que la leyes, derechos y normas que entre todos nos hemos dado, evitan este rechazo, pero solo hay que observar minuciosamente esta sociedad para comprobar cómo todavía esta exclusión sigue ocurriendo. 

     Primero fue la iglesia, recordemos los versículos de Mateo, luego la sociedad salvaje y posteriormente la sociedad, de clase conservadora, las que supieron leer estos postulados para, en un principio, a través de unos pocos, manipularnos, sabiendo que éramos la evolución de la especie más dócil, y posteriormente manteniéndonos en manada, en clanes gregarios,  donde el pensamiento de la mayoría anulaba o callaba al de la minoría.  

     Donde la iglesia primero y la clase conservadora después, te decía cómo,  cuándo y con quién debías reproducirte. Y si lo desoías, te obligaba, como aconseja la biblia, a vivir de por vida con tu pecado: en contra de la ley del aborto.

     Es el capitalismo, pertrechado por los tentáculos del poder y clase conservadora,  el que quiere y hace lo posible para:

1- Que sigas siendo dócil y manso.

2- Crear una educación social que discrimine al diferente, no sea que este descubra y señale su plan. 

3- Que aun con diferencias, permanezcamos entretenidos y en rebaños. Donde la corriente global diluya el pequeño afluente de pensamiento independiente.  Pan y Circo, luego Pan y Toros y en la actualidad,  Pan y Fútbol.

4- Que se siga en familia. Otro dogma religioso, con el fin de garantizar nuestra docilidad. 

5- Permitir el conjunto de leyes que nos hemos dado nosotros (ojo, recordar que la mayoría de las leyes nos fueron impuestas por presuntos técnicos o expertos, y nosotros las aprobamos mediante nuestros representantes legislativos, ahí es ná, vamos, que ni pinchamos ni cortamos), con el fin de que esa selección selectiva continúe, garantizando la pérdida de cerebro, que aunque todavía no se represente en inteligencia, actos de los últimos años, dan una clara señal de que esto empieza a cambiar.

6- Que el propio capitalismo sea el río que encauce todo para asegurarse que unos pocos, los de arriba, los que leyeron antes que tú todas estas teorías, (de ahí que te quieran inculto. Al necesitado le obligan a saltar al mercado laboral basura, y a abandonar sin terminar los estudios,  y al que los termina y está preparado,  por ser una posible voz de pensamiento alternativo, se le expulsa del país a causa del mercado laboral basura) sigan manejando a la manada a su antojo, siendo ellos los que establecen las leyes, convenios laborales, estatutos, etc. Seguirán siendo ellos los que digan cuánto vale esto y aquello, y cuánto ganarás tú para no conseguirlo. 

7- Asegurarse de que, con ellos, la religión siga siendo ese alma oscura de antaño que te amenace con sus dogmas obsoletos. Garantizar que lo público, y por consiguiente lo que ayuda al excluido y desfavorecido, se diluya y no se recupere jamás, siendo ahora la empresa privada la que te ofrezca su mano salvadora. 

 8-  Asegurar que la información que te llegue esté lo suficientemente filtrada para que esos conatos de pensamiento independiente no te obnubilen. Para asegurarse que la historia la sigan escribiendo ellos, los ganadores, que la otra versión o no te llegue o lo haga con la coletilla de apócrifo. Para decidir qué se estudia y aprende en la escuela,  siendo todo lo demás un presunto manifiesto social comunista.

9- Neotenizarnos el máximo tiempo posible. Fomentar que sigamos y nos sintamos niños y aplaudirlo, por eso ese afán de que nos enganchemos a todo tipo de juegos, on líne o no. Y adular al que, siendo viejo, se sienta joven de espíritu. 

    

     En definitiva, garantizar que sigas siendo ese Sapiens que evoluciona de manera dócil y que jamás se plantea si los que le pastorean o doman son de los nuestros, animales gregarios como nosotros, o lobos. Si son parte de la evolución Sapiens o una estirpe que sobrevivió de Neandertales 

     Asegurarnos si el humano una vez dócil, (Sapiens) al igual que en la prehistoria convivió cierto tiempo con el Neanderthal, especie más hostil, ahora, sea posible que ambas especies siguieran conviviendo aún con su evolución propia e independiente, y fuese esta la razón de que, todavía hoy, unos pocos sometan al resto. Y el Mercado (capitalismo) no sea más que el hueso, palo o quijada de antaño con la que ahora nos dan en la cabeza. Con la diferencia que éste no agrede físicamente, ni se posa encima de nosotros violentamente, sino que lo hace en forma de zanahoria enfrente nuestro para que, de manera inalcanzable, nos tiremos toda la eternidad intentando alcanzarla, como animales dóciles que somos.

     Un sistema que estaría encantado en que la especie, si no fuera totalmente sometida, escapase al monte y retroevolucionase en forma de Cimarrón.


sábado, 10 de octubre de 2020

El último contra el penúltimo


      No llevan cosida una insignia en el pecho como los judíos, la llevan en un papel avalado por la Comunidad de Madrid.  En él,  explícitamente, dice: Que fulanito de tal debe permanecer encerado en el nuevo gueto por su condición de PROLETARIO.

     Han decidido que, este paso, es el resultado de seis meses de análisis, estudios y una meticulosa prueba avalada por no sé que expertos de no sé dónde.  Y como hace tres meses, solo podemos trabajar, trabajar y medio comer, esto último como toda la vida.

     No nos queríamos morir. Les pedimos ayuda, y han dictaminado,  por unanimidad, que somos culpables. Esto, como dice la niña viral (al fin y al cabo es una niña) es mejor que morirse. Un slogan que quieren que absorbas, que veas en la nobleza de una niña la auténtica verdad,  porque solo los niños y los borrachos la dicen. Es una manifestación infantil, sí, pero es así como nos tratan,  de manera infantil.  Lo saben, lo han hecho anteriormente y saben que cederemos.

     Los mimbres ya están trazados: El problema,  los perjudicados, los daños colaterales, la solución, el mal menor y… el mal mayor. Es el momento de coserlos, es el momento del estado de Shock. Tenemos el slogan, la voz de los expertos y la presión mediática recordándote todo el día que cojas lo que te ofrecen, como si fuese un concurso,  no sea que por avaricia perdieras todo. Es decir, coge el ERTE, o el no salir, o el no relacionarte,  o el no disfrutar del ocio, o el solo trabajar, o el ir a gastar dónde ellos dicen que SÍ puedes; porque si arriesgas tal vez no hagas nada NUNCA más. Ante esa premisa y ese temor, claro, prefieres lo primero, y es ahí donde has dado tu consentimiento de manera no escrita.

      La clave está en hacernos creer que nosotros somos los culpables, los únicos que podemos remediarlo y  que ellos son meros gestores.  De nuevo la lucha de los pobres,  del último contra el penúltimo.  Solo con el señalamiento de quien es el culpable: antes los viejos, ahora los jóvenes, los migrantes; antes manifestaciones y reuniones públicas,  ahora grupos familiares y de amistad. Hacen que el problema migre de la administración al pueblo, y de esa manera aparentar una total irresponsabilidad que les beneficia. 

     Han olvidado e ignorado que son nuestros empleados, que les contratamos para que nos resuelvan problemas y que por eso cobran; insisto, no solo olvidan eso sino que encima nos dicen que ese es un problema nuevo para el que ellos no tienen solución,  que la única salida que ven es que nos confinemos, que nos encerramos, que no molestemos, vaya. Para asegurarse de ello, aun siendo nosotros los clientes y haciéndonos arreglar el problema por el que pagamos anteriormente para que se resolviera,  nos multan si no lo hacemos y encima gastan parte del fondo estatal en sacar a las Fuerzas del Estado para controlar que hacemos lo correcto y que acatamos las órdenes de manera sumisa.

     Imaginemos por un momento que tenemos un servicio de Mto. de, no se, informática y conexiones web. Un día nos ocurre un problema,  un percance para el que el servicio en cuestión estaba contratado y cubría, les llamamos y nos dicen que ese “fallo" es nuevo y que por lo tanto no nos cubre. Acostumbrados a que esto nos lo digan las Cias. de seguros no nos extrañaría demasiado.  Les diríamos que qué podemos hacer,  que asumimos el sobrecoste, si lo hubiese,  pero que por favor nos solucionen el problema. La empresa de Mto. Informático nos dice que no es cuestión de dinero,  que también,  sino que es un virus nuevo y que no tienen ni idea, por ahora, como atajarlo.  La única solución que hay, entienden, es que de momento no utilicemos Internet salvo por “extrema necesidad y causa mayor" (¿os suena?). Para ello, eso sí,  ponen un servicio de control que permite detectar quién está haciendo un uso indebido y quién no. Esto a nosotros no nos soluciona nada, pero a ellos les da una tregua para que este virus no vaya a más y por lo tanto su negligencia, falta de recursos y desconocimiento, y por lo tanto su ineptitud,  no quede al descubierto.  Para asegurarse esto,  mediante medios afines de comunicación,  hacen que llegue al resto de usuarios  una serie de datos e información sobre quién está haciendo bien las cosas y quién no, según ellos, claro. Teniendo en cuenta que son los expertos y por lo tanto los únicos que poseen cierto conocimiento del desastre, la parte de la población que no tiene este problema informático,  automáticamente, les creerá y echará la culpa a esa otra parte que sí lo tiene pero que se niega a, una vez que ha pagado por el servicio,  renunciar a su derecho y no solo no poder disponer del servicio contratado,  sino además tener que asumir que son los responsables y que deben perderlo todo para, tal vez, así, solucionar el embrollo.

     Esta artimaña pone al ciudadano a los pies de los caballos.  Pasa de ser el protegido al acusado. Vamos, como si vas al medico por que te duele algo y este, como desconoce la solución, te lleva preso por si tu dolencia pudiera perjudicar a otros.

     Dejando ya los ejemplos y metáforas,  y volviendo a la cuestión principal, diremos que,  efectivamente, nos están engañando, nos están manipulando y para que no seamos conscientes nos están proponiendo otro problema mayor: el ser culpables de este desastre y por lo tanto la posibilidad de ser castigados si continua.

     Es la vuelta de tuerca de la Doctrina del Shock, ésta,  anteriormente, te manipulaba con una hipotética y acuciante amenaza ofreciéndote algo a cambio mientras tú cedías parte de tus derechos, ahora en cambio no pide tus derechos, te los roba y te convierte en delincuente si no cedes o te revelas.

     Estamos asistiendo, de manera pasiva e indiferente,  a la mayor manipulación, abuso y sometimiento de estado que se conozca en tiempos de democracia. Estamos construyendo unos mimbres en contra de los derechos más básicos del hombre,  que hará falta mucho tiempo,  ganas y lucha en la calle para volver a recuperarlos.

     … y tal vez cuando llegue esa lucha aparezca otra ola, la tercera,  y luego otra y otra y otra… Hasta que definitivamente estemos, democráticamente hablando, con el agua al cuello. 

sábado, 3 de octubre de 2020

Nubes blancas y negras

 

 

      Mira, parece que ahora se mueven algo. Sí, parece un… no sé,  un conejo. O no, mejor un extraterrestre con orejas enormes. Que más da. No sé cómo tengo ganas de elucubrar y fantasear con las nubes después de lo que me has hecho.

       Sí,  claro, tú  ahí, tan tranquila. Te habrás quedado tan pancha. Estarás por ahí corriendo entre las nubes, haciendo cocos, jugando con todos los amigos que se fueron antes que tú, mientras yo me quedo aquí,  hecha una mierda, destrozada, buscando el porqué,  una explicación que me serene, que borre ese sentimiento de culpa que me rodea. Algo que me convenza de que nuestra separación fue natural, sin tintes dramáticos, que solo recordarlo me ahoga contra la almohada.

     Sí, ya sé que allí estás bien, claro,  tú siempre tan egoísta. A tus juguetes,  a tus paseos, a tus comidas, a la tarea que te toca, y luego a esperar mis altruistas caricias, mis mimos incondicionales,  mis abrazos eternos, mis besos infinitos. Así cualquiera, así también me voy yo tan tranquila de viaje. Pero no, no te voy a perdonar que te fueras sin darme una explicación,  sin avisarme, sin razón, sin darme… un último lametón.

     Aquí me tienes ahora,  mirando al cielo. Esperando verte aparecer. Creyendo verte correr de nube a nube, imaginar que ellas son tus motas, negras y blancas,  que todo el cielo… eres tú.

     No lo supe ver. No lo vi venir. Me faltó previsión. Me faltó tiempo. Me sobró mala suerte…  me faltas tú.

      Ahora me sobra todo.

     Dime dónde tengo que mirar para poder verte por última vez,  dime dónde tengo que ir para poder oír tus pisadas de nuevo, dime dónde pongo mis manos para sentir tu piel, el latido de tu enérgica vida. Qué puerta abrir para que penetre tu olor nuevamente. A qué dios rezo para que todo esto ocurra, aunque a veces ese dios no crea en mí, ni me escuche.

     Se está haciendo tarde. Las nubes se disipan y con ellas la esperanza de que dibujen tu imagen. Dejan paso a la luna, otra noche se cierne sobre mi alma herida. Hazme un guiño, un gesto antes de desaparecer. Hazme saber que me oyes, que estás ahí. Dame una señal que haga que este rato haya merecido la pena.

     No dejes que te llore más. Lo hice como para rebosar mares, reflotar naves, que decía el poeta.

     Ya no hay verso ni prosa que envuelva en melaza este dolor. No hay palabras que endulcen este agrio sentir. Ni poesía ñoña que tape esta desazón. Que me cubra y de calor, me de aliento y no sopor. Que deshaga el frío que tirita todo mi cuerpo, la pereza que ahora siento,  que hace que enmudezca… mi maltrecho corazón.

     Tengo el collar en la mano, no sé que hacer con él.  Si guardarlo o regalarlo. Si lo guardo es como si te empujase,  si lo regalo es como si te traicionase.

     Ahora son todo dudas. Ya no recuerdo aquel día en que llegaste. Quiero olvidar el que te marchaste. Solo quiero rememorar nuestros paseos, los ratos en la cama mientras nos mirábamos, cuando hacíamos planes, cuando nos reíamos,  cuando me mirabas sin entender, levantando las orejas  volviéndote a tender. Creyendo que estaba loca. Y bostezabas abriendo tu enorme boca.

     Ya va siendo tarde, me tengo que despedir. Seguiré mirando a esas nubes, por si apareces, por si me tienes algo que decir. Seguiré mirando hacia arriba, sabiendo que desde allí alguien me cuida.  Porque ten seguro que, aquí abajo, sin ti… esta es una mierda de vida.

  

                              "Dedicado a Meysi, de Diana"