buscar este blog

jueves, 16 de noviembre de 2023

Vaivén

 

     El vaivén es tenue, sin ruidos ni chirridos, varado bajo la encina. Ya no se oyen los crujidos de madera en alta mar. 

     Y entre tanto... las nubes mezclándose entre las ramas... despacio, sin prisa. Buscando un lugar donde esconderse cuando la oscuridad aceche, el sol desaparezca y las aves más calurosas aniden con la presencia del crepúsculo. Mientras, los ojos rasgados en fondo blanco y negro me observan, creen que duermo, que estoy ausente... taciturno.

     Todo esto ocurre en un lapsus de tiempo, en un trocito de día, en un instante de... ¡auténtica vida!



martes, 9 de mayo de 2023

Era mentira

 


     Creía que no nos oías, y era mentira.

     Creía que no nos notabas, y decidimos hacer una cacerolada en tus oídos. Ahora me arrepiento. Éramos nosotros los que no escuchábamos, los que no entendíamos y por eso nos equivocamos. 

     Creía que no nos percibías, y era mentira.

     Tus parpados entreabiertos, tus ojos semicerrados y... ese azul intenso que huía por la rendija de una soledad instalada en el mutismo que albergaba tu existencia. 

     Creía que cuando te mimaba no entendías, que solo lo hacías cuando te acariciaba, te besaba... te susurraba cosas nuestras, cuando te cerraba los parpados para que descansaras, te masajeaba las patas para que te aliviara, te frotaba las tetillas porque eso sí que te gustaba, o eso expresabas con la pata en alto demandando más y más... y era mentira. 

     Creía que no me advertías, cuando despanzurrabas tu cuerpo níveo, o casi, en cualquier parte, y parecía que eras feliz sin que te atosigáramos... parecía, no... lo eras. Y yo decía: "Mírala, no se entera"... y era mentira.

     Creía que apenas sentías, que por eso siempre, continuamente, atendías.

     Tantos años creyendo tantas mentiras, y ahora que no te tengo, que ya no estás, me refugio en ellas y en sus recuerdos, y mientras desgrano la realidad me ahogo poco a poco en un río seco de lagrimas, me asfixio cada día en un torrente austero de tristeza, y solo porque me di cuenta que todo fue mentira, que no hay tiempo, ni forma, ni vela que vuelva a iluminar toda esa oscuridad que dejaste, de poder recuperar esos ratos para darme cuenta de ello y disfrutarlos nuevamente sabiendo... que sí nos oías.

      Creía que no escuchabas, y era mentira.

     Y mientras elucubro más vacío me encuentro, más a la deriva me siento, y tristemente alegre... más cerca de ti me veo.

     Y cada noche; mientras ojeo tus fotos, acaricio tu rostro y de madrugada se apaga la vela; solo deseo que hayas sido feliz, y que aunque ahora yo sea un ser más mustio si cabe... no importa si lo fuiste.

     Esto no es un cuento, ni párrafos vacuos. Porque aunque ahora yo tenga que comenzar de nuevo, sé que tú descansas ufana y en paz.

     Me cuesta y da pena, y aunque hubo muchas mentiras, esta... es la autentica verdad.

   

                                                         A mi chiquitita... que no solo me oía.