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miércoles, 26 de septiembre de 2018

Del Neoliberalismo al N.O.M.





     Martes 11 de Septiembre de 1973, cuatro aviones modelo “Hawker Hunters” provenientes desde Concepción se disponen a atacar diversos puntos de la ciudad de Santiago de Chile. Llegando a Santiago, 2 de estas naves tienen como objetivo el Palacio de La Moneda y a partir de las 11:52 realizan siete ataques consecutivos sobre el edificio....

     El ataque militar al Palacio de La Moneda es ejecutado por las fuerzas golpistas de Augusto Pinochet, comandante jefe del ejercito. El inteligente, estratégico y con intenciones político-económicas, fue perpetrado desde Washington por Nixon.


     La idea no era otra que acabar con el sistema Chileno, que amenazaba el tipo de  hegemonía económica que predominaba  en los dos principales continentes, un Chile que se mostraba dispuesto a ocupar el puesto ideológico de una nueva Cuba. Y esto EE.UU. no lo iba a permitir.  

     
     El macabro plan, no era otro que el dar un nuevo giro a la maltrecha política económica, que iba dando muestras de agotamiento desde la crisis del 1929. El liberalismo del mercado, con su primeros lazos globales, estaba marcando mínimos históricos, y había que empezar a extender nuevas redes, cayese quien cayese. 
  
     Con el derrocamiento de Salvador Allende, y un Chile en manos de un dictador (otra vez) como Pinochet, los economistas de la Escuela de Chicago, con los planteamientos de Hayek y Friedman, instalan, a golpe de armas un nuevo sistema económico, utilizando a Chile, de conejo de indias. 
  
     Las máximas del neoliberalismo son principalmente, según J.C. Monedero:
- Equilibrio del presupuesto publico reduciendo el deficit fiscal
- Reducción del gasto público primando la selección de mercado
- Reformas fiscales que reduzcan impuestos directos e incrementos de los indirectos
- Liberación comercial con plena apertura de fronteras 
- Inversión extranjera directa
- Privatización del sector público

     David Harvey describió al neoliberalismo como un proyecto de clase diseñado para imponer un determinado sistema de clases en la sociedad a través del liberalismo.

     El economista David M. Kotz sostiene que el neoliberalismo se basa «en la dominación completa del trabajo por el capital».​ La aparición del llamado «precariado», una nueva clase fruto de la inseguridad socioeconómica aguda y la alienación, se ha atribuido a la globalización del neoliberalismo.

       El neoliberalismo propone que se deje en manos de los particulares o empresas privadas el mayor número de actividades económicas posible. Igualmente propone una limitación del papel del Estado en la economía; la privatización de empresas públicas y la reducción del tamaño del Estado, es decir, una reducción del porcentaje del PIB controlado o administrado directamente por el Estado. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones económicas generales el neoliberalismo propone la "flexibilización" laboral, la eliminación de restricciones y regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros.
(Fuente Wikipedia)

     Con estos mimbres, la dictadura Chilena dejó el poder económico en manos de los Chicago Boy´s. Siendo, estos, los primeros hombres de negro que manejaban, detrás del telón, los designios politicos de un país, supervisado, obviamente, desde Washington. 
     Los resultados fueron desastrosos, si no tanto para las elites del país o para los intereses exteriores, sí lo fueron para la población de Chile.

     Los efectos iniciales en la economía chilena fueron graves. El PGB cayó en un 12 %, la tasa de desempleo creció hasta el 16,5 %, y el valor de las exportaciones se redujo en un 40 %. Pero el sistema se empezó a afianzar a partir de 1977, iniciándose lo que se ha llamado el "boom", con cifras positivas en muchos ámbitos, pero con una constante alta tasa de desempleo, de 17-15 %, debido entre otras cosas, a los despidos masivos de empleados públicos, de funcionarios de las empresas privatizadas y la pérdida de empleo en los sectores manufacturero y exportador debido a las políticas cambiarías y de apertura de la economía.
(Fuente Wikipedia)
     De nuevo, la macroeconomía  se recupera a costa de la pequeña economía y  del trabajo del pueblo. Era lo que se pretendía, el tejido empresarial, amparado por la nueva dictadura, hacía el agosto viendo crecer el patrimonio de los de siempre. De las elites que negocian a escondidas con el dictador, abriendo las puertas a inversiones exteriores.
     

     Chile quedó desprotegido por su excesiva dependencia del mercado externo, el excesivo endeudamiento privado (el crédito doméstico subió de 25 %, en 1976, al 64% del PIB en 1982​) y la fijación del dólar (switch a tipo de cambio fijo) lo que provocó una de las crisis más profundas que afectaran a la nación en conjunto a la de 1930 y la de principios de los años setenta. Esto provocó una caída del PIB de un 13,6 % (la caída más alta registrada por Chile desde la crisis de 1929), un notable incremento del desempleo con tasas en torno al 20 % por varios años y la quiebra e intervención de numerosos bancos e instituciones financieras (fue intervenido el 60 % del mercado del crédito). En un contexto de falta de libertades civiles y de reiteradas violaciones de los derechos humanos, la mala situación económica gatilló las protestas callejeras contra el régimen, que se extendieron con mayor o menor intensidad hasta fines de su mandato. Para 1982, industria se paralizó, las pensiones privadas se quedaron sin valor, la moneda desfalleció. 
     Las protestas y las huelgas de una población forzaron a Pinochet a invertir curso. Renuente, el general restauró el salario mínimo y el derecho de negociación de los sindicatos. Pinochet autorizó un programa para crear 500 000 empleos. (Fuente Wikipedia)

     Chile fue sacado de la depresión con métodos Keynesianos que previamente había rechazado.
Aceptando, de manera tácita, que el plan impuesto por USA había fracasado y desfalcado el país en detrimento de sus ciudadanos, y que una vez conseguido su objetivo o volvía a dar pan al pueblo o éste, se revolvía en su contra. 
     Ya era tarde. El pueblo recuperaba parte de su dignidad, pero el escenario era otro.
     El neoliberalismo campaba a sus anchas.


     Martes 11 de Septiembre de 2001, 28 años después, 4 aviones, esta vez comerciales, se estrellan contra objetivos claves en EE.UU, y como ocurriera en 1973, solo dos lo hicieron contra el objetivo principal, el World Trade Center.
     El fascismo del siglo XXI no se va a reproducir de forma violenta, con golpes de estado ni invasiones estratégicas, no, lo hará con golpes políticos, presiones fiscales en forma de deuda y con miedo social a los fantasmas de siempre: migración, diseño territorial y terrorismo; todo ello empujado con la artillería mediática de siempre: los medios de comunicación. 
     El ataque al WTC, fue un claro ejemplo de eso, los ingredientes, al igual que en el 1973, eran los mismos; la CIA, detrás, instruyendo esta vez a los Bin Laden, y un colaboracionismo desde dentro que hiciera posible que la mayor farsa del siglo cobrara sentido. El objetivo esta vez no era la reforma del neoliberalismo, ya no había definición para una nueva reforma del liberalismo, esta vez se iba mucho más lejos. Se hablaba desde hacia tiempo del Nuevo Orden Mundial. Jamás una frase explicaba en si misma tanto. La idea era reformar el mundo entero, convertirlo en un mercado global absoluto, obviamente con un solo mando formado por varios componentes de lo más selecto de las economías mundiales, principalmente la norteamericana, que para eso era la que más muertos iba a poner sobre la mesa. 

     La hoja de ruta era clara y concisa, se venía organizando desde hacía años en reuniones clandestinas destinadas solo a las más altas esferas y élites mundiales: Club Bildelberg, Council on Foreing Relations o Comisión Trilateral. La idea era asestar al mundo la última estocada que doblegara a la sociedad y la pusiera a los pies del sistema, el único, que por ese entonces, podría solucionar el problema. Pero esta vez se haría con el consentimiento incondicional de la población, para ello se tendría que sentir atemorizada como jamás antes lo estuvo. 
     El derrumbamiento y enterramiento de civiles entre esa magna cantidad de escombro fue el detonante, la entrega en bandeja del consentimiento civil a un estado que le exigía la última pizca de libertad. La firma del Acta patriota es el resultado de ese terror ficticio, una ley que  no tuvo ningún consenso, ni del congreso ni de la mayoría de la sociedad civil, y con denuncias continuas de Derechos Humanos.
     Las Torres gemelas fueron el pistoletazo de salida para el comienzo de N.O.M.  Ya solo era necesario insinuar que había armas en Irak, insurgentes en Afganistán, o terroristas islámicos en Libia para de manera inminente y con el amparo de la ONU, "ocupar" esos países y saquearlos sin piedad, para después dejar un gobierno controlado que a penas tuviera maniobralidad en ese amasijo de piedras y polvo que antes formaban las ciudades. 

     

 "Para el investigador residente en Canadá, Daniel Estulin, el Club Bilderberg “sería responsable del actual control de la población a través de la manipulación mediática y el miedo” Según Estulin, esta organización de élite también sería responsable de promover conflictos bélicos, orquestando episodios de alto impacto para sensibilizar al público y avanzar en sus objetivos. De esta manera generarían las condiciones para la invasión a países con riquezas energéticas, fundamentalmente petróleo, pero, además, crearían los escenarios para aprobar leyes en los parlamentos, conforme a reducir, o bien suprimir, los derechos civiles. Un ejemplo fue la firma del Acta Patriótica realizada por el presidente George W. Bush, sin la aprobación del Congreso ni de los ciudadanos estadounidenses, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, cuya versión oficial ha sido ampliamente cuestionada por investigaciones independientes en ese mismo país". 



     De estos grupos elitistas, de contenido ideológico judeo-masónico, de sus conjeturas cabalísticas, de sus premisas místicas religiosas y, por qué no decirlo, de una creencia en lo paranormal y profecías que rayan lo absurdo, surgió la conocida fecha del 11/9. Y como son el poder mundial, y la desvergüenza su característica principal, se permitieron el lujo de jugar a ser Dios con un escenario previamente montado para de manera descarada y cómplice entenderse entre ellos y reírse en nuestra cara. 

     El reparto de la tarta planetaria estaba en marcha, un reparto que una vez completado daría comienzo al capitalismo más brutal que el mundo conoció, llegando su punto máximo en la crisis de 2008, con la caída de Goldman Sachs. Los bancos más importantes, las multinacionales más grandes, los empresarios más poderosos, los aristócratas más relevantes y los lideres mundiales, junto con los grupos de información globales, se reparten, lo uno y lo otro, el estado publico y el tejido empresarial privado. (dejo gráficos sacados del blog: El Ciervo herido de Omar González)










     



En este último se ven los miembros que comparten estado y empresa privada, esta última la causante de la crisis del 2008.


     A continuación mostraré las coincidencias entre estos dos hechos históricos, con el argumento claro, de que el único objetivo que existió siempre fue el atemorizar al pueblo con la intención de esclavizarle de una forma tan liviana que pasara inadvertida. El de inculcarle una nueva religión, cuyo único dios global fuese el mercado capitalista. Un Nuevo Orden Mundial capaz de robarles la historia, el relato, las palabras y hasta la conciencia, instalando en las mentes del populacho la idea de que esto, era lo mejor para ellos. De que no había alternativa y de que cualquier otra opción era populismo, teorías  anacrónicas y utopías de sistemas desfasados. Una inoculación ideológica que hace que las víctimas crean, vitoreen y ensalcen a sus verdugos, convirtiendo la conciencia de clases en un slogan Marxista digno de nostálgicos perdedores.


     Vaya por delante que cualquier coincidencia exacta o precisa es pura casualidad, no siendo esto, escusa para no afirmar que las dos acciones y las dos fechas fueron premeditadas, planeadas de forma meticulosa por países donde la empatía carece de sentido. Donde prima lo económico sobre lo social, lo privado sobre lo público y lo individual sobre lo colectivo. Unos dirigentes que creyéndose por encima del bien, -y vaya que lo están-, se permitieron el lujo de, haciendo gala, como dije antes, de sus miedos y creencias cabalísticas, ocultistas, y creyendo, váyase usted a saber por qué, el poder místico que la fecha 9/11 poseía, decidieron imponer ambos regímenes económicos en dicha fecha. La diferencia entre una y otra es que la primera se hizo por la fuerza, contra la voluntad social y por lo tanto con un rechazo continuo. Y la segunda, se hace con la suficiente inteligencia, habilidad y sutileza, que  hace que el pueblo pida y exija que ese tipo de régimen le proteja, para ello le ofrecen y tienden su mano, su voto, su libertad y su... alma. Porque entiende que otro escenario no es posible, así se lo han contado los medios, y si lo dicen ellos... será verdad.

        En 1973 
    - La orden de rendición del Palacio de La Moneda se da a las 10:30
    - El bombardeo empieza a las 11:00
    - Las siete pasadas de los aviones son a las: 11,52; 11,53; 12,03; 12,05; 12,07; 12,09; 12,13. 
    - Los aviones vienen de sur a norte
     - A las 11:15 acaban los bombardeos y a las 11:30 se produce la rendición 

     En 2001
     - El primer vuelo impacta a las 8:45 (9:45 H.C)*
     - El segundo vuelo impacta a las 9:00(10:00 HC)*
     - La torre sur cae a las 10.00 (11:00 H.C.)*
     - La torre norte cae a las 10:30 (11:30 H.C)*
     * (Horario en Chile)

     Como se aprecia las horas coinciden, algunas con  precisión: el segundo impacto por minutos no cuadra, pero las caídas de las torres coincide con el comienzo del bombardeo y la culminación de la rendición. 
       Coincide la cantidad de aviones utilizados, 4.
      Coincide el día de la semana aun siendo 28 años después, Martes.
      Coincide los artífices a la sombra
      Coincide el motivo y el objetivo.
      Coincide hasta el rumbo de los aviones, norte-sur, el mismo orden de la caída de las torres.
     Coinciden las formas y coinciden los damnificados: la población civil
     Y coincide, obviamente la fecha.

     Como se puede comprobar es casi imposible ajustar los tiempos. Es inimaginable pensar que pudieran coincidir con exactitud. El plan no era ese, el cuadrar de manera matemática ambos escenarios. El plan era hacerles coincidir todo lo posible para de manera indirecta, mandar un recado al mundo islámico, a gobiernos comunistas y socialistas, y al resto de economías más estatales.

      Se recibió. El mensaje llegó. La gente picó el anzuelo del neoliberalismo: el creerse empresarios de ellos mismos, el sentirse clase media sin serlo, el creer poder ascender a un escalón que jamás llegará, superarse a si mismo sin la ayuda del estado, confiar en lo privado que te lleva por el atajo, siempre y cuando lo puedas pagar, y si para pagarlo necesitas más preparación que el "otro" y para ello tienes que abrazarlo... lo harás. Y de esa manera el sistema neoliberal crece y crece, se afianza y estira más y más esa brecha no solo económica, sino social, cultural, geográfica y hasta de esperanza de vida. Una economía de extrema libertad que cabalga a lomos del caballo del capitalismo, que subyuga al individuo creándole necesidades ficticias, sueños inalcanzables y metas utópicas de manera que siempre esté en constante desarrollo laboral-consumista, que le haga creer que ese es el camino hacia la felicidad, sin darse cuenta que lo que hace es poner más y más barrotes a la cárcel en la que convierte su existencia.

    " Por un lado, se castiga a la clase baja, que llena las cárceles. Por otro lado, esto beneficia a la clase alta, propietaria de las prisiones; mientras que los empleados que ejecutan el trabajo son... la clase media"                                                                                            Definición de neoliberalismo






     
     
    

sábado, 8 de septiembre de 2018

Rellenando el mosaico




     "No logro saber qué es lo que quiero. Por más tiempo que pasa, no descubro cuál es mi objetivo en la vida.
     Pasar por ella sin más? 
     Por el momento, solo sé lo que no quiero, lo que no me gusta y a lo que me niego. No es poco en estos días.
     Mientras descubro el camino, cada vez más lejano, seguiré pegando teselas en el mural del rumbo a seguir, como las fotos de sospechosos para investigar un crimen, unas piezas que por fin... den sentido a ese mosaico, que visto desde lejos y en perspectiva, adquiera una forma que tal vez... solo vea y entienda yo".

lunes, 3 de septiembre de 2018

El alago debilita y el aplauso delega




     Por qué aplaudimos? Hay una admiración implícita en ese aplauso? Si leemos en ese reconocimiento un alago... debilitamos al aplaudido? Cuándo y por qué lo hacemos? 
     El aplauso es una expresión socio-cultural que expresa, principalmente, tres cosas:
1- Me gusta eso que dices, haces, o creas.
2- Me hace bien, me entretiene o me enseña.
3- Te reconozco el mérito (que yo no poseo para ese cometido)y por lo tanto te lo aplaudo con el fin de animarte, reconfortarte y alentarte a seguir adelante.

     Pongamos un ejemplo: Aplaudimos a Rafa Nadal por todas esas causas? Si. Me gusta eso que hace, me entretiene, y veo en él un mérito que yo no tengo y por lo tanto le aplaudo con en el fin de animarle, reconfortarle, reconocerle el mérito y alentarle a seguir así.
     Pero cuantas otras veces aplaudimos si sentido, sin razón, por inercia... a lo tonto y por consiguiente alagando a alguien innecesariamente y por lo tanto debilitándolo.
     Aplaudiríamos al médico de cabecera por diagnosticarte un catarro y darte un paracetamol? No. Y está claro que tú no sabrías hacerlo, y te hace bien, pero falta la tercera causa, la de alentarle a que siga haciéndolo y el reconocimiento de un mérito extra. Y no se lo ves porque no lo tiene, simplemente ha estudiado y cobra para ello como tantos otros, pero no hay nada de esfuerzo "extraordinario" ni un talento sobrenatural que tú, por mucho que te esforzaras no conseguirías. 
     Tampoco aplaudirías al fontanero, ni al panadero, ni al taxista. Entiendes que lo hacen bien como tú lo harías si hubieses optado por esa profesión, y por lo tanto no hay mayor mérito. 
     De ahí que se aplauda a tus ídolos: Cantantes, actores, etc, porque les admiras porque ves en ellos algo que tú serias incapaz de hacer, a priori, claro.

     Entonces, y aquí viene la reflexión, por qué aplaudimos a los políticos en una conferencia? No se cumplen ninguna de las tres reglas: ni te entretiene, ni te hace bien, porque hablan del futuro que está por llegar, ni hay mérito ni reconocimiento alguno. Y encima, aquí está el meollo de la cuestión, sí les hacemos sentirse alagados, por lo tanto debilitados y, atención, ALENTADOS A SEGUIR ASÍ. 

     Ese es el gran problema de la política en general y la democracia en particular. Democracia, viene de Poder del Pueblo. En la antigüedad los políticos eran meros portavoces del pueblo, escogidos éstos por casualidad y al azar, éstos, iban luego al senado y ofrecían a los mandatarios el clamor y peticiones del pueblo, del cual ellos, eran parte también. Ahora no, ahora se erigen en representantes y por lo tanto, autónomos para, una vez dentro, hacer y deshacer a su antojo sin consulta previa, solo por el hecho de que ya obtuvieron el voto que les convertía en la parte política del pueblo en las instituciones. 

     Por ello resulta aberrante que, cuando hacen un manifiesto o mitin, donde simplemente dictan los quehaceres para lo que les pusimos allí, lo hacen con tono de oradores del siglo XIII descubriendo algo nuevo, algún tipo de panacea milagrosa, y no es así, están ahi para llevar a cabo algo que les dijimos que debían hacer, que por lo tanto cobran por ello, y lo harán con nuestro patrimonio cultural, social, publico y privado. No hay mayor mérito que merezca un mínimo aplauso. Les elijes, les dotas de buen sueldo y comodidades varias, les das las pautas, manejan tú patrimonio, y encima les aplaudes? Absurdo, verdad? No hacen más que el fontanero al que llamas para poner una tubería. 

     Dónde está la trampa pues, en la falta de compromiso y el no cumplimiento de ese contrato. Esto se lleva haciendo durante siglos, es decir, el ser engañado, claro, luego aparecen unos que de manera vehemente aseguran y prometen NO engañar, que van a hacer eso para lo que les pagas y elegiste y claro, te emocionas y aplaudes... y a seguir para adelante.

     Vuelve a imaginarte en la Philip Chartier, final de Roland Garros, esperas horas para que salga Nadal, has pagado mucho por esa entrada, merece la pena, ver a Nadal ganar su 10 título no es cualquier cosa, no has visto ni veras algo igual, nadie lo ha hecho jamás, y ahi estas tú, para ser testigo de ese hecho histórico. De repente sale Rafa y empieza a hacer el tonto, a faltar al árbitro, a vacilar a los recogepelotas y a increpar al público. El juez lo descalifica, pierde la tan ansiada final... ¿le aplaudirías? 

     Cuando veas a  un político en un escenario, hazte todas estas reflexiones antes de aplaudir, mira si se cumplen las tres premisas antes de chocar las manos desesperadamente. Y si al final aplaudes, medita un poco y piensa en qué se parece ese representante tuyo a, por ejemplo, Rafa Nadal.
 
   
                                           y ahora si estás de acuerdo con esto y te ha gustado... no aplaudas.