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martes, 27 de septiembre de 2011

Más, todavía, más.

     Estamos a finales de septiembre. No he creado ninguna entrada aún, debo de estar pasando por una crisis creativa. Por eso me he puesto manos a la obra para "forzar" por lo menos una, que dé relleno al mes noveno del año. No es difícil solo hay que repasar un poco los últimos días... y seguro que aparece algo que criticar, algo de que quejarse. Sí, seguro que es más de lo mismo, lo de siempre; pero es que siempre son los mismos.

     Hoy desde aquí, sin que sirva de precedente, quiero romper una lanza (qué coño querrá decir esa gilipollez), a favor de la gente ORIGINAL. Por original me refiero a la gente auténtica, distinta, real, de verdad; los que son ellos mismos sin réplica alguna, sin detenerse en modas, usos, o costumbres globales. Gente que desde que se levantan hasta que se acuestan son ellos mismos, sin disfraces ni interpretaciones. ¡Ojo! que hay imitaciones, falsas apariencias de originalidad, que no son más que burdas imitaciones del auténtico ser real.
     Sí, somos tan patéticos, que por imitar y aparentar ser, imitamos hasta la gente original, confundiendo con ello al resto de los civiles, y no sabemos si al final esto es un ser original o una copia más, una moda más, una tribu más. Digo lo de tribu porque lamentablemente relacionamos la originalidad de la gente simplemente por la apariencia  física que llevan, sin preocuparnos  lo que portan interiormente.
     A este tipo de gente habría que protegerles. Son los que deberían representarnos en caso de fusión interplanetaria. Son ellos los que verdaderamente nos reflejan tal y como somos, los demás, incluido yo, aunque en menor medida, por eso me permito la crítica de dichos personajes, son como autómatas, como entes de una película de ficción, seres vacíos, auténticos clones, zombies humanos que divagan por el planeta sin aportar absolutamente nada: Piensan lo mismo, votan lo mismo, son del mismo equipo, ven las mismas películas, critican lo mismo, comen lo mismo, anhelan lo mismo, luchan por lo mismo, quieren lo mismo, hacen lo mismo, van a los mismos sitios, quieren comportarse como el resto del mundo y se esfuerzan en que el otro resto del mundo les siga (luego haré un inciso sobre esto), y por supuesto se les identifica porque, como he dicho al principio, visten igual, creando según ellos: la moda. Entienden que la moda es todo aquello que se lleva en esos momentos, que se lleva por la mayoría de gente, claro está.
     Luego cuando esta especie sale a la calle y se reune con sus congéneres, se sienten orgullosos, cómodos, seguros, confiados; se sienten con el deber cumplido, con los deberes hechos.
    
     Hay gente tan frustrada emocionalmente a causa de este fenómeno que su único fin en la vida es ser uno más, aparentar ser uno de esos repetidos clones que deambulan por la ciudad. Desperdician la oportunidad que nos dio el creador, fuera este cual fuera, en ser una persona distinta, única, ORIGINAL, y no se dan cuenta de que esto, además de ser más fácil, es mejor y necesario. La sociedad necesita gente nueva, distinta, con ideas diferentes, formas alternativas, pensamientos revolucionarios. No hace falta ya más gente cuyo único merito es el de subirse al tren que pasa por al lado de su casa, subirse al vagón lleno de gente como ellos que creen que es lo normal, que lo normal es lo correcto, que lo correcto es bueno, que bueno es lo que hace la mayoría, y que por supuesto la mayoría quieren lo mejor....y ellos en consecuencia, hacen lo mejor. Que gran error.
      Y si por lo menos esto ocurriera de forma ocasional, por puro azar; pero no, lo verdaderamente triste es que lo intentan forzar, lo buscan, se esfuerzan, no quieren salirse ni un ápice del margen, del canon que impone la mayoría, no quieren salirse del modelo que indica la directriz del tipo al que quieren parecerse o clase de la que creen ser. Y en ese alocado esfuerzo arrasan con todo lo que tengan que arrasar; principios, valores, costumbres, familia... lo que sea.
    
     Este tipo de gente, los clones, son normalmente gente hueca, gente que no se detienen ni un minuto a ver que es lo que tienen; cómo, que es lo que quieren; por qué, y cual es su fin; para qué. Gente que han sido educados socialmente para ser un cerebro andante, unos de esos cerebros sin usar, seminuevos, todavía con los plásticos puestos, con apenas el 5% de su potencial en marcha, gente que no quieren ser otro, sino uno más. Aunque dentro de esa redundancia humana intenten ser los más, de ahí el título, más todavía, más.
 
     Los originales, se tienen que esconder, son señalados con el dedo, son ninguneados y en ocasiones hasta apartados. Son asediados continuamente por preguntas que van orientadas a: ¿Cómo que haces esto, que no es lo normal? y no haces esto otro que es lo correcto, lo que hacemos el resto. No dan para más, si les respondes con otra pregunta, tan complicada como: ¿por qué?, se aturullan, no saben que responder y echan verdaderas perlas como: ¡Ah, pues.... porque sí, porque.....es lo normal. Lo hacemos todos, jejeje. Todos los clones, claro.

      Es hora de hacer el inciso que dije antes, este tipo de gente normal, esos que hacen lo que todo el mundo sin plantearse si realmente les place o les gusta, sino que, solo lo hacen por que lo hacen todos, como digo, este tipo de gente son los mismos que te dicen de manera recriminatoria: El por qué no te casas, el por qué no tienes hijos, el por qué no vas de fiesta, el por qué no bailas, el por qué no vas con tu pareja incluso a cagar juntos, el por qué vas a este sitio y no a este otro, el por qué compras una moto, el por qué escribes, el por qué lees, el para qué de otra moto. Los mismo que intentan lograr que sigas sus pasos: Vas a París; subirás a la torre, ¿no?, vas a Londres; comerás fish and chips, ¿no?, vas a Roma; iras a Florencia ¿no?, vas a Praga; iras a Karlovy vari, ¿no?, vas a Escocia; alquilaras un coche ¿no?. Los que intentan que pruebes lo que ellos creen que es la hostia: ¡¡¡¡¡¡que!!!!!! ¿que no habéis visto una peli en 3D?, no me lo puedo creer. Las pelis, ¿las verás en la tv a traves de USB-Movie, ¿no?, ¡¡¡madre mía!!!. Sí, los del gazpacho Alvalle, los del cuello del polo subido... en fin, los típicos, los clásicos, los repetidos.

      A todos ellos les diré que hay todavía un reducido grupo de individuos que piensan por si mismos, sin coacciones, sin condiciones. Sin importarles ni preocuparles qué es lo normal, qué es lo habitual  y si es bueno o no. Simplemente hacen las cosas según les venga en gana, cuando les apetece y lo que les apetece. Gente que se pone lo primero que pilla sin premeditadamente intentar ser o pertenecer a un determinado grupo autómata.

     Los originales. Los que son de verdad. Los que no son copias de nada ni de nadie. Los que van a su bola, a su rumbo. Los que se saltan determinadas tradiciones, osea, los que no son tra-di-cio-na-les, a todos ellos, enhorabuena¡¡.
  
     Pero cuidado ahí fuera hay gente que os señala con el dedo al grito de: ¡¡¡guaaaaahhhhh!!!, como lo hacían los protagonistas de la película: La invasión de los ultracuerpos, una película original, sin 3D, sin usb, pero de ficción, una ciencia que ellos conocen bien, una realidad falsa, fantástica, una copia de la real pero donde se encuentran como un robot en el espacio.  Vamos, como en casa.