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viernes, 4 de diciembre de 2020

Ha llegado

 


    Ya está la polémica servida de nuevo. El diccionario, otra vez, cobra protagonismo.

     Establecer la diferencia o el verdadero significado de Allegado, es la noticia. Y que conste que da igual la acepción de la RAE, lo que importa es cómo, a consta de la ambigüedad, podemos sortear a las autoridades públicas. 

     Realmente a mi también me importa tres narices, pero me viene a huevo para aporrear el teclado del ordenador. 

     Allegado es, más o menos, cualquier conocido o amigo con un vínculo medianamente estrecho con nosotros. Y "Ha llegado" es cuando una persona ocupa el lugar de destino que previamente había establecido para su partida. Por lo tanto estamos ante una consecución paralela de dos palabras iguales fonéticamente pero distintas de significado, que en este caso van unidas de la mano. Puesto que un allegado nuestro puede presentarse en casa estos días y comunicarnos que ya ha llegado.

     Puede ser que tu cuñado venga y claro, una vez allí, ya ha llegado sin ser allegado. O que un amigo allegado no acuda a casa porque sabe que tu cuñado ha llegado antes. O puede ser que pasándonos de listos, estas navidades, queramos ir a cualquier sitio fingiendo ser allegados de este o aquel, y que la policía nos detenga, descubra nuestro "magnífico" plan y nos proponga para sanción. Nos tocaría después rezar para que la multa no llegue o se pierda, fantasear con que el policía fuese un allegado de algún conocido y no cursara dicha sanción. 

     En cualquier caso, nos acordaríamos del cuñado que está en casa, si es que ha llegado ya, y de la cara de primo que se nos quedaría, de la reprimenda de la suegra por ser tan incautos y de los amigos allegados a quien les adelantaste, previamente, tú infalible plan para eludir las normas preventivas. 

     Y llegará el día de Nochebuena, y beberás, reirás, y casi seguro que se te olvidará el encuentro con la benemérita; y unos meses después cuando todo esto haya acabado; pandemia, navidad y demás; tu mujer te haga una llamada cargada totalmente de sarcasmo y te diga: "Cariño, ya ha llegado". Tú, inocente y relajado contestarás: "Quién, mi amigo de toda la vida".- "No", dirá ella. -"La multa de Navidad".

     Y de repente te acordarás de tu allegado de toda la vida, que ha llegado el mismo día que la multa que te puso un agente al que tu creías allegado de alguien y que definitivamente no lo era; de la posibilidad de la pérdida de la sanción, de la no resolución de la propuesta para la misma, de la cara de primo con la que llegaste ese día a casa cuando rezabas para que tu cuñado no llegase, de lo que darías, ahora, porque fuese él al que hubiese anunciado tu mujer y no la multa. 

     Tu fantasía esperanzadora resuena en tu cabeza: "Cariño, tu amigo es el que ha llegado". Aunque seguramente seas tan desgraciado que ahora fuese G. Civil, y entre los regalos que trajese, uno fuese la multa en forma de notificación navideña, y ahí cabría la posibilidad de que una paradoja lingüística se convirtiera en una aclaración en vivo de la definición de la RAE. 

     Bueno, amigos y allegados, el final del relato, del año y, espero que de la pandemia... ha llegado. 

     

     

     

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