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viernes, 20 de enero de 2012

Al otro lado de Tiffany´s

     Casi nunca se cumplen. Los sueños son así. No son pesimistas, pero sus monótonas vidas hacen que lo sean. 
     Albergan algún que otro objetivo, tienen una meta; pero saben seguro que nunca crucen la linea blanca brazos en alto. 
     Sus ilusiones son como las de cualquier otra persona, sea esta más o menos; la ilusión te llega, no sabes de dónde ni cómo, lo que sí sabes es cuánto; el corazón te late y es signo de que es posible su realización. Por eso las pequeñas princesas se ponen manos a la obra para elaborar su plan, su obra magna, su faena onírica.
      Lo tienen difícil, son todavía muy jóvenes, unas niñas con aspiración a mujer. Ríen recordando el día en que su madre la sorprendió registrando en su armario con la falda de fin de año puesta, o el cabreo de su hermana mayor cuando cogieron prestado su laca de uñas y su barra exótica de labios. Aquello queda muy lejos. 
      Mascan chicle, se atusan el pelo, sonríen de nada, se quejan de todo, se aburren pero tienen multitud de inquietudes. Quieren ser modelos.
     A los quince años todo es relativo, todo es ambiguo, y en ocasiones, banal. Sofy rastrea todos y cada uno de los escaparates de la ciudad, de su pequeña localidad, se para en cada tienda, escruta cada maniquie, pregunta cada precio, sopesa cada uno, todo se le hace caro, imposible, cada vez más lejano. Pero su sueño perdura, éste es inexpugnable, férreo, constante. Sabe que llegará.
      Cuando va al instituto, lo hace a intervalos, siempre llega tarde. Se ha parado en su tienda favorita para comprobar que "sus" zapatos siguen ahí, al lado de un bolso que nada bien les hace, cree. Cada día se inclina para comprobar con ilusión frustrante que su valor no ha bajado, su precio marca lo mismo que ayer, y que anteayer. Monique, la empleada de la Boutique, le saluda cada mañana y le hace un gesto señalándose la muñeca como si llevara un reloj, de que ya se le hace tarde; sofy le sonríe pero enseguida vuelve a mirar los soñados zapatos. Al final se aleja del escaparate acariciando el cristal con lentitud, con pena, resignación. 
     De vuelta a casa sigue la misma ruta, esta vez lo hace cono una amiga, otra distinta a la de la vez anterior, otra que ya conoce su historia pero no al protagonista, otra con la que comparte los sueños y estos le son devueltos. De nuevo las caricias al cristal, la inclinación sobre el precio, el comentario sobre el mismo, risas y saltos, pompas de fresa chocando contra el escaparate. Un sueño que casi se toca, se ve, luego existe. Solo hace falta luchar por él. 
     Suena el tintin de la campanilla, la puerta se abre, por ella asoma Monique, cierra la puerta tras de si y echa el cierre, ya es la hora de ir a comer, ella volverá después, tres horas más tarde, cuando la ven Sofy y su amiga se apartan levemente del cristal, Monique se gira y les hace un gesto cómplice, -Mañana os veo chicas. 


     Sofy pasea con el móvil, su único e inseparable amigo, el resto son amigas del instituto, que también aspiran en dejar atrás esa vida de hastió, de rutina, de igualdad. Hojea virtualmente todas y cada una de las paginas de moda adolescente y otras no tanto, donde modelos semiprofesionales ofrecen su look en la red, de ahí pasa a foros donde da y lee otros comentarios de chicas que, como ella, tienen esa inquietud. Lo que más le atrae son los blogs de moda, esos que hacen la gente normal, gente llana, gente con algún que otro defectillo, pero que ignoran para ser más felices. Puede interactuar a través de ellos, y así, sentirse una más, una modelo de pasarela urbana electrónica. 
     Observa durante horas a todas la chicas que salen en lo blogs, las analiza, las estudia, las contempla de arriba a abajo; las admira. Cómo con ese cuerpo pueden estar tan guapas, cómo con ese pelo pueden parecer tan atractivas; sin ser guapas, cómo pueden llamar tanto la atención. Dudas, complejos ocultos y algo de prejuicio, Sofy lo sabe, sabe que debe de luchar igual que ellas, dejar atrás esos pensamientos que nada la ayudan a conseguir sus preciados zapatos, vestirlos con gusto, ganas y actitud.....¡SÍ!, eso es lo que derrochan las chicas, actitud; y eso es lo que ella demanda, por eso ha decidido dar un giro a su rutina. 
     Mañana mismo se acercará a la boutique de Monique e irá directamente dentro, verá los zapatos desde el otro lado del cristal, aquel que la separaba de su sueño, esa barrera traslucida que le impedía escalar su fin. Sacará sus pequeños ahorros y pedirá su talla, la 38, y sin pedir consejo a la dependienta se los llevará puestos y recorrerá las calles de su barrio calzada de orgullo. 
     Pero eso será mañana, ahora tiene otro proyecto.... Abre rápido el portátil, busca la página deseada y comienza a escribir: "Blog Moda Dreams, por Sofy"


                                                                                       Dedicado a Marta, por su idea:
                                                                                                                    Pupifashionblog.blogspot.com

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