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lunes, 23 de mayo de 2011

Mientras duermes.

     .....llegó el final, cesó el clamor, la magia se desvaneció, tus ojos siguen fijos sobre mi....

     Apaga la luz. Mira por ultima vez el despertador, se endereza la manta, colcha y sabanas. Aprieta el almohadón y cuenta mentalmente las horas que quedan de sueño. Las que quedan para que el reloj alarma salte por los aires un buenos días. Por debajo de la puerta, entra algo de brillo, alguna bonbilla sigue encendida en la casa. Todavía hay alguien que aún no ha decidido acostarse.

     ......la fría luz de un pabellón sobre un mar de cristales rotos, y un naufrago se ahoga en un rincón.....

     Imagina, como si no tuviera nada mejor que hacer, que las sombras que la ventana introduce en la habitación son holografías que adornan sus posters. Fotos de chicas en poses sugerentes, jugadores de fútbol de equipos medios, símbolos de mascotas, iconos varios y algún grupo de rock de enmarañados pelos, cuero ajustado, guitarra en mano y calavera en bafle Marshall.

     .....y mi hogar vuelve a ser en cualquier lugar, cualquier hotel, dejo atrás la ciudad, dime tú esta noche dónde iras.....

     Cuando ha acabado de ponerle todo tipo de caras a la impronta de la pared, cambia de posición, busca calor en la mano, comprueba el brillo de la rendija; y ligero vistazo al despertador. Media hora menos, treinta minutos más perdiendo el tiempo. Mañana se acordará de los jueguecitos y demás niñerías, ¡jodido adolescente!.

     .....la actuación me hace vibrar y el escenario es un volcán que brama con sonido atronador, bañado por sudor y luz te busco entre la multitud, porque yo se que siempre estas allí....

     Se levanta del tirón. No necesita otro toque de voz protagonista, incluso antes de que suene la segunda frase ya se ha incorporado, puesto los pies en el suelo y rascado la cabeza, desconecta la radio por 24 horas más, justo hasta el día siguiente. Abre la puerta por la que ahora, por el resquicio del dintel, entran todo tipo de claros matinales y ninguna sombra fantasmal. El suelo frió. La mañana cálida. El día soleado. Su animo apagado. Sus ganas nulas. La noche anterior ha sido pesada.

     .....descenderás al reino de la oscuridad. Sigue buscando una escalera al cielo, dime si habrá alguien que te espere.....

     El agua del grifo azul despereza y extermina todo rastro de mala noche. Difumina todo vestigio de la velada anterior, donde el teatro negro representó la obra más trasnochadora que él recuerda. Olor a café. Aroma a pan tostado. Ventanas aireando y puertas de par en par. Estancias vacías, ropa sucia y olla a presión. Verduras en juliana, cascaras de huevo y bayeta con jabón.

     .... o simplemente mientras te duermes los ojos de tus héroes te miran desde la pared.....

     Se calza los playeros viejos, el chandal desgastado, camiseta de propaganda limpia y coge algo suelto que se echa en el bolsillo. Una servilleta de papel. Un canuto de billete de metro. Una pegatina y un papel con algo escrito. Todo ello le acompaña. Ese es su séquito en esa mañana, en ese nuevo día con el que le toca bregar. Son las diez. Ya es hora, ya tenia que estar allí.

     .....volvió el clamor, no habrá final, la magia no se romperá, todo esta bien si tú estas aquí.

     Ya esta en la calle, la puerta del portal se ha cerrado violentamente a su espalda, han retumbado los cristales, como todos los días. Pone rumbo al frente, comienza la tarea.
     Atrás queda su portal, arriba su casa, en ella su habitación. Dentro se quedan ellos, protegiéndola y defendiéndola de los espectros grises y sombras de dudosa apariencia. Le protegen, son sus guardianes, sus héroes. 
     Lo hacen desde la pared. 
     El run run de la canción nocturna, todavía le acompaña.
    
    
    
    

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